4/10/12

Indulto a Fujimori, a Abimael también


El tema del indulto a A. Fujimori por el supuesto cáncer a la lengua, esta semana se ha generado toda una corriente de opinión parcializada en los medios de comunicación, unos a favor y otros en contra, aunque con clara ventaja de los que están a favor con la ayuda de los medios ya sea por rating o intereses subterráneos de estos, haciendo que un tema humanitario se torne político.

El indulto solo es atribución del presidente de la República, facultad otorgada por la Constitución Política del Perú, donde puede liberar a los presos por razones humanitarias y otras razones especiales que solo  el Presidente sabe ya que no es explicable ni revisable, pero incuestionable por la opinión pública porque de todas maneras debe haber consenso. Pero ese no es el caso del posible indulto a un ex presidente sentenciado por violaciones de Derechos Humanos.

El indulto es un tema humanitario, los especialistas están coincidiendo en este punto, a diferencia de la amnistía que es político y general, el indulto es personalizado, se indican los nombres de los beneficiarios por razones de vida o salud, pero la amnistía es impersonal, se liberan a todos los implicados en el problema, y su finalidad es la pacificación, perdón y olvido de los delitos cometidos por ambos bandos para reiniciar una nueva etapa en la vida política del país. Ahora ustedes podrán explicarse por qué se pide indulto para Fujimori por parte de sus familiares, mientras que el Movadef pide amnistía.

De allí el cuidado que se debería tener en el posible indulto, el presidente Ollanta no debe dejarse "atarantar" por las presiones políticas de los simpatizantes y la prensa, y basarse más en el informe médico para una toma de decisión correcta por el bien del país como demócrata que dice ser, evitando mayores confrontaciones entre peruanos que ya hemos tenido bastante. El autodenominado Fujimorismo, es un grupo decadente por lo extremista de derecha que es, gente que piensa que la paz se consigue encerrando o matando a la otra mitad de peruanos que piensan diferente a ellos.

Los peruanos necesitamos unidad, cerrar nuestras heridas mirando al futuro, resolver nuestras diferencias sin favorecer a ninguno de los bandos extremos que tanto daño han causado al país, y en este asunto A. Fujimori tiene la mayor responsabilidad por el terrorismo de Estado que aplicó su gobierno, actos normados y sancionados en el ámbito internacional y que no vengan a decir que debemos salirnos de la Corte Interamericana porque viola nuestra soberanía y no sé que cosa más, todo lo contrario, la normativa internacional es lo más avanzado, aunque no es perfecta, a diferencia de la impunidad que pretenden los simpatizantes de gobiernos autoritarios asesinos de gente inocente que se han presentado en países como el nuestro.

La modernidad y el futuro es la democracía, la conciliación, el diálogo, de allí la importancia del gobierno del gran político, estadísta, Valentín Paniagua, que solo los extremistas no saben reconocerlo, empezó el camino correcto que vivimos actualmente, después de las guerras vienen las conciliaciones, las guerras son buenas porque nos alertan de los graves problemas que tenemos, y hoy estamos en otra coyuntura.

Entonces, por qué desesperarse, esperemos el procedimiento respectivo y punto, una solicitud de indulto, que hasta ahora nadie lo ha pedido, el informe médico y la decisión final del presidente de la República. Si cumplen los requisitos bienvenido, hasta Abimael podría salir bajo este mecanismo, ya que se considera acto no político. Pero la pregunta de fondo, ¿estamos preparados como sociedad para estos indultos? creo que no, hay mucho prejuicio, la prensa "comprada", como dicen algunos, desinforma, no es objetiva, hacen ver a los manifestantes como algo negativo y el Estado mantiene la educación y la saludo en condiciones precarias, persigue a algunas editoriales solo por tratar el tema de la violencia política de los años ochenta y noventa en una determinada versión de los hechos, una actitud represiva y no de debate, en general todavía estamos en vías de desarrollo, nos falta mucho por avanzar, y no hay voluntad política para salir del hoyo, por ejemplo, en comparación con Colombia que ha iniciado una negociación con las FARC.


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