Después del resultado de una encuesta de opinión publicada recientemente, se ha generado un tremendo escándalo porque técnicamente la primera dama empata con el presidente de la República. Pero, ¿cuál es la diferencia entre si gobierna Ollanta o Nadine? ¿no es lo mismo?
Una encuesta de opinión no necesariamente es objetiva, científica. La gente puede opinar, expresar lo que quiera, dependiendo del nivel educativo y formativo, pero que pasa si la población está desinformada por la prensa con tantos programas y con limitaciones educativas, el resultado no es confiable, por lo contrario diría que hacer este tipo de encuestas es malintencionada, busca seguir haciéndonos creer que los que tienen más poder es el presidente de la República y sus ministros, ahora es peor todavía, nos dicen de modo sarcástico que la primera dama en realidad tiene las riendas del país. Mejor, por qué no se hace una preguntan a los intelectuales que serían más objetivos.
Sin emabrgo, los verdaderos poderosos, los que gobiernan realmente el Perú también salen en la encuesta, pero están más abajo y son los líderes de los grupos económicos de poder, los dueños del Perú, primero los Romero y segundo, los Roque Benavides, esa es la verdad de la milanesa, pero como no han obtenido los puntos necesarios, pasan desapercibidos.
Este es un tema ético y técnico (estadístico) delicado a la que se prestan algunas empresas encuestadoras para seguir manteniendo el poder a favor de los grupos poderosos, y a nuestro pueblo inculto, controlado, dopado por toda esta información superficial. Queda una tarea, averiguar qué empresa hizo la encuesta y quién la pagó.
Sin emabrgo, los verdaderos poderosos, los que gobiernan realmente el Perú también salen en la encuesta, pero están más abajo y son los líderes de los grupos económicos de poder, los dueños del Perú, primero los Romero y segundo, los Roque Benavides, esa es la verdad de la milanesa, pero como no han obtenido los puntos necesarios, pasan desapercibidos.
Este es un tema ético y técnico (estadístico) delicado a la que se prestan algunas empresas encuestadoras para seguir manteniendo el poder a favor de los grupos poderosos, y a nuestro pueblo inculto, controlado, dopado por toda esta información superficial. Queda una tarea, averiguar qué empresa hizo la encuesta y quién la pagó.
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